Capítulo 3: Héroe.
La eriza lo miró con melancolía, había hecho una
pausa al relato que él les estaba contando.
Sonrió. Por un segundo pareció que se levantaría de
aquel sofá pero tenía la mirada perdida, volvió a incorporarse en el sillón e
hizo una media sonrisa, miró aquella chimenea y echó una risa. Esa típica risa.
La miró directo a los ojos, con esos ojos de héroe
que ella tanto conocía.
Volvió a mirar hacía el fuego...
Cuando conocí a Eggman realmente pensé que Robotnik
me había seguido hasta ese mundo, quería ponerme furioso, quería hacer mil y un
preguntas, pero en realidad... Como ya había mencionado, ese mundo tenía un
aura distinta a cualquier cosa que yo haya visto, o vivido. Fue como renacer...
Me sentí... Un ser nuevo.
Luchando contra
aquellos robots no sentí ningún miedo, a cualquiera en su sano juicio le habría
importado que carajos estaba pasando y por qué cuando destruía a cada uno de
ellos, un pequeño animalito primitivo parecía salir de aquel cascarón
metálico...
Estaba muy metido en
mis cosas cuando me di cuenta de que estaba recibiendo ayuda desde lejos.
Realmente no alcancé a ver que, o quien,
estaba dando unos pequeños (pero efectivos) disparos hacía cada uno de aquellos
robots sin herir a los animales.
Sentí la acción
recorrer por mis venas hasta que todos los robots se detuvieron, como si
alguien los hubiera congelado y al momento, se apagaron.
Hubo un extraño
silencio durante mi confusión, pero fue interrumpida...
— Azul... Un gran color — escuché una voz detrás
mío. Una voz que no había escuchado jamás.
Me di la vuelta para
encontrarme con un hombre... Un hombre levitando gracias a una plataforma
ovalada, con un gran gran bigote, y unas gafas azules.
Me observaba curioso
desde lo alto, tenía una media sonrisa.
No hice ningún
sonido.
— Me dicen Eggman,
¿y tú? ¿estas programado para hablar? — soltó de repente aquel tipo.
Ahora que lo recuerdo, me hace tanta gracia el hecho
de que el realmente haya pensado que era un robot. Supongo que no pensó que
existiría una criatura tan rápida como yo.
Reí ante su
comentario y enderece mi postura.
— Me dicen Sonic.
Sonic the hedgehog — le dije mi nombre por
primera vez a egghead.
Seguido de este el
hizo una sonrisa de oreja a oreja, como si realmente estuviera interesado en la
plática.
— ¿Quién te creó? —
divertida y confusa pregunta, a la cual solo reí.
Lo siguiente que sucedió me impacto a un grado
mayúsculo.
La plataforma en la que aquel hombre volaba soltó un
extraño gas que al momento me dejó inconsciente. Estoy totalmente seguro de que
por la tranquilidad del momento no logré reaccionar.
Todo se hizo lentamente color negro y logre ver
apenas como unas enormes y metálicas garras tomaban mi cuerpo, el tal Eggman
solo reía.
Cuando desperté, me encontraba en un lugar totalmente
distinto al que había estado desde que volví a ser consciente de mi existencia.
Intenté mover alguna extremidad para incorporarme y ahí fue cuando me di cuenta
de que me encontraba en lo alto de una celda, tomando por brazos y piernas.
Mi vista nublada comenzó a percatarse de lo grande
que era aquel oscuro lugar.
No era el único ser solitario ahí, había animales
primitivos inconscientes atrapados también.
Y, para mi no grata sorpresa... También había algunos
robots que a primera vista parecían proyectos abandonados.
A Excepción de uno. Era un robot color azul, con ojos
color rojo... No pude evitar recordar a Elias robotizado. Este robot no era tan
tenebroso como Elías, he de decir... Pero vaya que tenían similitudes.
Naturalmente... La primer persona en la que pensé al
ver todas aquellas atrocidades y maquinas, fue en Robotnik.
Hice un intento nulo de zafarme de aquella prisión en
la que estaba pero era imposible, un monitor estaba justo a unos cuantos metros
y en seguida supe que debía oprimir aquel botón rojo. (Sí, otro famoso botón
rojo).
Concentrado en mi pequeña misión, no me percaté de
que estaba en presencia de un pequeño robot, tenía puesto un delantal color
rosa y estaba aseando el lugar en mucho silencio.
—¡Hey! — intenté
llamar la atención de aquel robot.
—Ehr...H-hola, l-lo
siento no debo hablar con los prisioneros... El Dr. Eggman así lo índica — dijo
con su robótica y graciosa voz.
— Me
llamo Sonic, ¿Cómo te llamas? — le dije ignorando por completo lo que me había
dicho
Dio un robótico
suspiro y contestó — Me llamo Orbot — dijo cabizbajo dejando la escoba hacia un
lado.
— ¡Mucho gusto Orbot! ¿Qué me dices si te pido
ayuda para salir de aquí? — dije seguro.
El pobre robot
estaba a punto de decir algo cuando otro, mas cuadrado y de distinto color
corrió hacía el y dijo algo que me sorprendió.
— Dice el jefe que
liberemos al prisionero — dijo ese otro robot.
Mientras Orbot y
aquel otro robot discutían acerca de lo que había dicho "el jefe"
unos pasos hicieron presencia en aquella habitación. Era ese tal Eggman.
— Chicos, chicos,
¿Qué manera de tratar a nuestro invitado es este? — dijo con una sonrisa.
Yo estaba realmente
confundido ante la actitud inusualmente feliz de aquel tipo.
—¡Vamos, suéltenlo!
— gritó ordenando a los robots y estos apurados y asustados cumplieron la
orden.
Al caer al suelo
totalmente de pie, me di cuenta de que tuve que hacer un pequeño esfuerzo en
quedarme erguido, sentía punzaciones en el estomago. Me doble un poco ante el
inusual dolor, estaba muy confundido.
—¡Ah, eso!... — dijo
Eggman dándose cuenta de mi dolor físico — Intenté reprogramarte, hacerte unos
ajustes, hackear tu sistema... Y bueno... Me di cuenta de que no eres un robot.
No dije nada,
simplemente me quede mirándolo totalmente crédulo.
—De no haberme dado
cuenta rápido, probablemente... Quizá... Te habría matado — dijo de lo mas
normal — Por accidente, claro.
Estoy seguro de que ahora Egghead se arrepiente y se
arrepentirá su vida entera de no haber aprovechado la oportunidad que tuvo ese
día.
— ¿Por qué...— Solté
de repente pero fui brutalmente interrumpido
— Esa curiosidad me
gusta... Este mundo es usualmente solitario, no se suele tener la compañía...—
hizo una pausa — Ni la rivalidad que me diste allá afuera... Es bastante
aburrido. Tal vez por eso tengo que crear robots estúpidos para tener al menos
alguien a quien gritarle. El mundo no esta despoblado, estoy consciente de
ello, lo que pasa es que se que se esconden, les asustan mis inventos... — dijo
caminando directamente hacia mi — Pero así esta mejor. Que me tengan miedo. —
Concluyó.
Lo tenía frente a
frente, era ridículamente mas alto que yo, a primera vista no parecía tan mala
persona... Quizá su sonrisa un poco mas grande de lo normal, y sus grandes
bigotes me hacen preguntarme si es una moda entre los científicos locos, porque
vaya que no hacia falta ser uno para darse cuenta de que él SI lo era.
Por alguna razón me alegró un poco tener algo de
compañía, sabía a lo que me estaba enfrentando pero eso no cambió el hecho de
que es la primera vez que tengo una "conversación" en un tiempo
indefinido... Es mi primer contacto después de toda aquella odisea, y eso no me
dejaba estar preocupado o alarmado.
—Quedé bastante
impresionado con tus habilidades, Sonic the hedgehog. — dijo sacándome de mis
pensamientos.
En eso, un gran
robot salió desde el suelo, la superficie se abrió a la mitad lo que me hizo
incosncientemente dar un salto en forma de protección, era un robot realmente
enorme, me percaté de que era de hecho un robot en forma de "Eggman",
¿esto es un chiste?
—Me gustaría... Que
me dieras una demostración — soltó por último, antes de hacer que el robot
lanzara misiles directamente hacía mi.
Casi instantáneamente se me quito todo rastro de
dolor, una mirada con locura se poso en mi rostro.
Felicidad, pura, y sencilla... Quería gritar para mis
adentros, ¡Un maldito Robot en forma de su creador! ¡Un científico loco que
esclaviza robots! Damn, es que enserio, enserio la aventura me había llegado, y
estaba totalmente agradecido con ello.
Mostrándole mis
habilidades a aquel Eggman haciendo añicos su enorme robot, a una velocidad
súper sónica, ambos... Él y yo reímos a lo alto. Eggman estaba tan feliz como
yo, pero no entendía cuales eran sus razones.
En ese tiempo solo pensé "bueno, esta loco"
pero sí, todo tuvo sentido después.
Jamás pensé que tendría que ver con ese robot que vi
en aquel cuarto.
Haciendo explotar en
mil pedazos al robot gigante, casi sin querer también hice explotar el techo de
aquel lugar donde me tenían prisionero, dando un enorme salto para salir de
ahí.
Ese momento en el aire... Fue el más especial que he
tenido.
Me di cuenta de que el lugar donde me tenían
prisionero estaba en medio de un volcán inactivo gigante, rodeado de agua, la
altura era preocupantemente mucha.
Comencé a caer y por primera vez en todo ese día,
sentí algo de miedo...
Fue especial porque fue mi último momento en soledad
pura... Eggman no era precisamente el compañero soñado.
Justo antes de que
mi cuerpo por la velocidad sufriera un golpe mortal en el agua, sentí como unas
manos desde arriba evitaban el desenlace doloroso que estuve a nada de tener.
Un gemido de
esfuerzo fue acompañado por aquellas manos, estaba en el aire, mire a mi al
rededor tratando de alcanzar y lograr visualizar quien impidió mi dolorosa
caída.
Me aproximé hacia la
orilla en el aire escuchando algo parecido al ruido que hace una hélice.
Caí en el pasto
dándome cuenta de que en realidad me encontraba perfectamente bien.
Miré hacia lado mío
percatándome de que el ruido parecido a la hélice era proveniente de unas colas
de zorro.
Un pequeño zorro
amarillo de dos colas se encontraba
agotado tirado en el prado verde a unos metros de mi.
Jamás olvidaré ese día, tuve mi primer encuentro de
la mejor manera posible con mi mas grande compañero de aventuras, todo el
tiempo proclamo ser el héroe, ¿saben?, pero la primera vez, quien fue salvado
fui yo, y el héroe... Fue él.
Increíble...
ResponderBorrar¡¡ Tus historias son increíbles !!
Tienes mucho talento y creatividad
Mil gracias, me tome un pequeño hiatus pero vuelvo enseguida a continuarla :)
BorrarSimplemente, espectacular e intrigante.
ResponderBorrarQuiero seguir viendo como vas a seguir y seguir puliendo este diamantico que acabas de crear
Muchísimas gracias! este tipo de comentarios son los que me animan a seguir <3
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